Decides cuidar tu alimentación, quizás cogiste peso, quizás el azúcar o el colesterol no están en su mejor momento. Pero sabes que eres débil, que necesitas un dulce de vez en cuando, y que no puedes evitar caer en la tentación. O quizás no, porque los medios informativos, la publicidad (que te engaña continuamente) y la industria alimentaria te han hecho creer que es así, y no concibes que la naturaleza ya es dulce. No necesitas ingerir azúcar que alguien ha extraido de una planta para que tu la engullas como si no hubiera un mañana, destruyendo tu metabolismo en cuestión de días. Al igual que te hicieron creer que la leche de vaca era un alimento esencial («para ti está la vaca en este mundo»), te hicieron creer que tienes que agregar azúcar a todo, sí a todo, porque sin azúcar no tienes energía y parece ser que si no deborar cucharadas de azúcar, de esa que te venden en bolsas de kg , no eres feliz. Pero nada más lejos de la realidad, los azúcares sencillos que tu metabolismo recibe de buena manera, y que crees necesitar, no los fabrica nadie por tí, están en los dátiles, en los plátanos o en las frutas desecadas. Saca partido de ello, elabora tus platos dulces de la forma más saludable y recuerda: ¡La vida en sí ya es dulce!


Autor/a: inma
Después de más de 15 años como profesional de la nutrición, ayudando en el cambio de la alimentación de tantas personas que buscan solucionar sus problemas de salud, comprendí que las dietas no son el camino, sino un torbellino en el que los problemas se esconden durante un tiempo para volver a aflorar. En mi propia piel comencé a vivir está situación hace ya muchos años cuando tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: escuchar a mi cuerpo. Entonces las molestias digestivas eran constantes y mi primer paso por intuición (aún no tenía conocimientos de nutrición) fue eliminar de mi alimentación la leche de vaca. Mis problemas intestinales me dieron un respiro considerable. A partir de ese momento y guiada por los mensajes que mi organismo me estaba enviando, inicié un camino que me ha llevado al día de hoy a eliminar por completo todo alimento de origen animal. El bienestar físico y emocional que alcanzas cuando liberas a tu cuerpo de las toxinas acumuladas en cada uno de los alimentos manipulados y procesados que llegas a consumir al cabo de toda tu vida no tiene precio. Mejora tu piel, tu estado de ánimo, tu energía y te empiezas a querer más, a cuidar más, porque tu única casa es tu cuerpo y es lo mínimo que merece, tu respeto. Ver todos los post de inma